jueves, 12 de marzo de 2009

La anemia organizacional


Como cualquier sistema vivo, la organización no está exenta de enfermedades. Cuando sus defensas bajan y sus miembros colapsan, es normal que presente síntomas de anemia. Sí, una anemia organizacional. Lo bueno es que para todo hay solución

Desde el punto de vista médico, la anemia es la “Disminución de la cantidad de hemoglobina en la sangre (encargada de transportar oxígeno a los tejidos) por debajo de los valores considerados normales, según edad, sexo o circunstancias especiales”.

Existen algunos síntomas para identificarla: dolor de cabeza, mareos, vértigo, palidez. Sin embargo, persisten indicios comunes: el cansancio continuado, la apatía, la tensión baja,…

¿Una organización con anemia?
Eugenio de Andrés, en su artículo Cómo sanar la anemia organizacional, expone que según Javier Fernández Aguado y los coautores del libro “Las enfermedades de las empresas: Diagnóstico y Tratamiento”, las empresas también pueden padecer de anemia, que desde un punto de vista organizacional podría definirse como: “Disminución del compromiso en la organización, auténtico factor de apalancamiento del talento, que según Dave Ulrich (Univ. de Michigan) se define como el producto de “competencias” (conocimientos, experiencias y habilidades) por “compromiso” (motivación), dando lugar a resultados mediocres”.

Simplificadamente, se podría decir que de esta falta de compromiso en la organización deviene la apatía organizacional.

¿Cómo identificar la anemia organizacional?
Atendiendo los siguientes síntomas: desgana, trabajo de escasa calidad por debajo de lo esperado, rumores y murmuraciones, absentismo, rotación, impuntualidad recurrente, malas contestaciones de los empleados, ausencia de sentido del humor, mínimo nivel de comunicación…

Si la situación de su empresa se identifica con algunos de estos síntomas, entonces puede que ella esté sufriendo de anemia o apatía. Fernández Aguado identifica más de 20 posibles orígenes de esta enfermedad, pero aquí sólo se mencionarán los más comunes:

• Falta de cumplimiento de las promesas laborales.
• Insatisfacción por las políticas retributivas; sensación de injusticia.
• Incoherente asignación de las personas a los puestos.
• Falta de reconocimiento.
• Modelo directivo desmotivador.
• Modelo empresarial que no tiene en cuenta al trabajador de una manera integral.
• Falta de modelo coherente de comunicación.
• Exceso de pragmatismo y rutina, no teniéndose en cuenta aspectos “emocionales”.

Tratamientos:
El primer paso es reconocer que algo está fallando en la empresa y que sus máximas autoridades tengan el firme propósito de empezar a ahuyentar lo negativo.

Probablemente en el mundo de la empresa será necesario combinar varios tratamientos/actuaciones, ya que el origen de la enfermedad será plural, no habrá una única causa que ocasione la enfermedad, sino que su principio estará identificado en distintos focos.

A continuación, algunos procedimientos:

• Diseño de políticas de retribución “externamente” competitivas e “internamente” equitativas.
• Diseño de políticas de conciliación.
• Diseño de un modelo de dirección que favorezca una cultura de compromiso.
• Una de las principales, por no decir la primera causa de insatisfacción de los trabajadores es el tipo de relación con el jefe directo.
• Implementación de un modelo directivo (a través de manuales, definición de comportamientos, entrenamiento,…), que favorezca el mutuo compromiso de la empresa con el trabajador y del trabajador con la empresa.
• Diseño de un plan de comunicación interna.
• Propiciar la indentificación de los empleados con la identidad de la empresa, a través de una buena gestión de comunicación interna.
• Jornadas de convivencia que den lugar a un clima más informal y distendido a las relaciones (Outdoor Training y Team Building), cuidar los pequeños detalles (muchas veces el compromiso tiene más que ver con cosas aparentemente insignificantes como una sonrisa, una palabra amable, una broma... que con grandes decisiones).

Con buena comunicación y confianza, es posible una satisfactoria recuperación.

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